jueves, 10 de septiembre de 2015

Don't wanna look back and say it could've been me. || +4


¡Entrada recién salida del horno en USA! Mis primeros días han sido geniales y estresantes a la vez.



Lo primero es lo primero: hablemos del vuelo. El día 23 salí de mi pueblo hacia Madrid, donde, después de varias vueltas (gracias, Google Maps) pasé la noche en un hotel después de haberme tomado un buen pork wrap en Tommy Mel's. A la mañana siguiente me tocó hacer la cosa que más odio en el mundo. Y si estás pensando en despedidas, te equivocas: me refiero a madrugar (just kidding). A las seis de la mañana sonó mi despertador y a las siete y media estaba ya desayunando en el aeropuerto. Media hora después, todos los chicos y chicas de la beca citados para ese día estábamos facturando nuestras maletas. Y ya no sé como, estaba despidiéndome. Lo que quiero decir es: puedo recordar el mismo momento en el que les decía a mis amigos “en cinco meses estaré en Estados Unidos”. ¿Cómo es que ese momento ha llegado tan rápido? Ni idea. Pero lo ha hecho. Carpe diem, supongo. El vuelo no pudo haber sido más largo. Nueve horas de un par de películas, un tío raro que no paraba de pedir whiskeys y puro aburrimiento. Yay!

Una vez llegados a Atlanta, empezaron las despedidas otra vez, y después de pasar aduanas y diez minutos en la sala de menores, Guille (que está actualmente en Oregon) y yo salimos en un avión hacia Salt Lake City en Utah. Esta vez, el vuelo duró cuatro horas, y creo que puedes adivinar dónde se sentó el tío más grande de la nave. Aha, justo a nuestro lado.

Guille y yo nos pasamos dos horas en la sala de menores del aeropuerto de Salt Lake, hasta que el tomó su vuelo hacia Oregon y yo el mío hacia Montana. Las azafatas mantuvieron sus ojos en mí todo el tiempo, lo cual es más que bueno porque estoy casi segura de que yo sola habría llegado a Nueva Delhi.

Y tras dos horas más volando, al fin llegué a mi destino: Billings, Montana, donde mi host family me esperaba con un cartel en el que se podía leer “Hello Celia”. Y lo único que puedo decir a partir de ese momento es que estaba demasiado dormida como para recordar más. Veintiseis horas despierta no son nunca una buena idea.

El mismo día me desperté a las nueve y desempaqué mis maletas. Después, mi host mom, Kelly, y mi host sister, Summer me llevaron a la biblioteca del pueblo donde pude hacerme un carnet. Fuimos también a mi high school para elegir las asignaturas, pero me olvidé los papeles de convalidación en casa, así que simplemente se convirtió en un tour inútil por el instituto. Más tarde, nos dirigimos al Little Bighorn Battlefield National Monument y comimos en el restaurante en el que Summer solía trabajar.

Al día siguiente me tocó elegir definitivamente mis asignaturas: Biology, Choir, AP American History, Journalism & Media, AP English, Global Studies y Symphonic Band. Todas ellas duran entre 45 y 50 minutos y tengo 5 minutos para moverme o perderme por el instituto entre cada una de ellas. Como 5th period tengo Academic Advising, que es, básicamente, una clase de “refuerzo” a la que todos los alumnos están obligados a tener. Por la tarde, Summer me llevó otra vez a su restaurante, ya que se celebraba una fiesta de despedida para todos los que trabajaron allí durante el verano y que empiezan ahora la universidad o el instituto. Había muchísima gente, lo que quiere decir que había muchísima comida, y si me preguntas por lo mejor, sin duda fue el fiesta chicken (pollo con verduras y arroz) y las enchiladas. A la vuelta, paramos a por café y pude ver cómo también vendían todo lo relacionado con el school spirit: camisetas de bulldogs, coleteros para el pelo, camisetas de football, e incluso tutús negros y naranjas.

El 27 de agosto empecé el instituto. Podría calificarlo de desastre, pero el único desastre aquí soy yo, que me perdí tres veces de camino a mis clases. Ya que era el primer día, nos pasamos varias horas en Academic Advisory leyendo las normas del instituto y haciendo varios simulacros en caso de incendio, tiroteo (yep, esto es América) y terremoto, aunque de aquí lo único que saco en limpio es la gran cita de Mr Baxter, mi profesor de biología: “If there's an earthquake, Yellowstone is exploding, you're not gonna make it anyway”. Después de esto, viví mi primera pep assembly, y wow. El gimnasio del instituto (algo así como el de High School Musical pero en naranja) estaba dividido en freshmen, sophomores, juniors y seniors, es decir, grado nueve, diez, once y doce, que luchaban a base de gritos por el spirit stick, un palo con un pompón negro y naranja. Las animadoras se encargaron de presentar a los profesores, bailar un par de coreografías y hacer que casi me quedase sorda. El school spirit es una locura. No podría definirlo. Después del instituto, Summer me llevó a la oficina del periódico y me hicieron una entrevista sobre cómo es ser una exchange student en los States. Al llegar a casa, cociné tortilla para la cena y fuimos a dar una vuelta en bicicleta. Después vimos Home.

El 28 de agosto fue mi segundo día, y me volví a pasar varias horas en Academic Advisory, escuchando música y viendo efectos ópticos, mientras esperábamos a nuestro turno para la foto. Picture day! Si no sabes lo que es, estoy segura de que recuerdas alguna serie de tu infancia en la que el protagonista intentaba llegar limpio y arreglado al momento de la foto y acababa hecho un desastre tres minutos antes de sacársela. Y es que eso de que no hay otra oportunidad es cierto: en la mía parezco china, pero qué se le va a hacer. Tambíen fue durante este día cuando viví mi propio infierno personal con las taquillas. Por. Qué. Son. Tan. Difíciles. De. Abrir. Necesité ayuda dos veces. Espero que pueda abrir la mía pronto. Los viernes salgo a las dos de la tarde, así que Leonard, mi host dad, me vino a buscar y me dejó en la biblioteca, donde estuve una hora hasta que Summer me vino a recoger y fuimos al McDonald's a por wifi. En la cena probé mi primer pastel de carne: y no, no está tan malo como dicen en las pelis, para nada.

El sábado me llevaron a Billings y nos hicimos una pedicura. La chica que se encargó de la mía era una fan loca por Beyoncé, que incluso “había visto su sudor resplandeciendo en un concierto”, y que casi se enamora de mí cuando le dije que yo también soy fan. Después fuimos a Walmart a comprar mi tarifa para el móvil. Comimos en Dos Machos, bueno, “comimos”, porque creo que aún no me he comido un plato de comida entero desde que estoy aquí. Spanish stomach... Por la tarde Summer y yo fuimos al centro comercial, y al llegar a casa, su habitación estaba completamente llena de globos, ya que al día siguiente era su cumpleaños.

El domingo visitamos a los padres de mi host mom en Lodge Grass, y a la vuelta comimos en 4 Aces (lo mismo de antes, Spanish stomach). Después, me pasé la tarde haciendo crafts hasta recibir la visita de mi area representative, Robin.

Pd.: ¡Perdón por la tardanza! Ya llevo 16 días en Hardin y las cosas mejoran poco a poco. ¡Hasta la vista! Os recuerdo que podeis preguntarme en ask.fm/conlamusicaaotraparte9. 

Little Big Horn Battlefield National Monument
Puesta de sol en el jardin.

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